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Querido lectorado:
Decir "Por una Sanidad Racional y Sostenible" es decir justo todo lo contrario de lo que hoy impera en este mundo, en especial, en los países "desarrollados". Porque, bajo mi criterio, el principal problema de la Sanidad actual en esos países "vanguardia mundial" es, precisamente, su dependencia de los Sistemas Públicos de Salud (y privatizarlos, lejos de ser solución, es profundizar en la dirección equivocada, Mas i Puig a la presó)
Y es que, como decía mi admirado y recientemente tristemente traspasado Agustín García Calvo, "dime en que invierte o gasta más el Estado, y te diré con qué te controla". Claro, él, venido de otra época, y perteneciente, además, al ámbito académico, puso el acento, en todo momento, en el modelo educativo. Pero hace ya muchos años que, hecha su destructiva y nefasta labor en el campo de la Deseducación, el principal gasto del Estado es, con bastante diferencia a cualquier otro (incluido el militar y el global de "Seguridad", sí), el Sanitario.
Así, por tal vía, en "Occidente" tenemos, sin duda la población sana más insana que imaginarse pueda (¿tiene sentido una sociedad con tamaña cantidad de gente obesa?), ya que los que debían, deben ser y siempre serán los fundamentos básicos de una buena salud son sistemáticamente ignorados, violados, menospreciados, hasta ridiculizados. Y luego, en cambio, todo un tremendo, enorme BAU, quizá en conjunto el mayor de la Tierra, se dedica impunemente a hacer sus negocios.
Esa es la realidad, lo que nos imponen por nuestro bien y nuestra correcta salud, armados, literalmente, con máquinas cada vez más potentes y sofisticadas, o medicamentos directamente letales com el AZT con el que asesinaron a tantos y tantas millones de presuntas enfermas del nunca del todo demostrado virus del SIDA. O, sin ir más lejos, en la más absoluta cotidianeidad, basta con ver las estadísticas de fallecimientos / supervivencias en mayores de cuarenta y cinco años afectos de cáncer cerebral o de pulmón tratados, estadísticas que para nada mejora la de quienes rehuyeron tales brutales, mortales tratamientos.
Nada mejoran, esa es la cruda realidad, las estadísticas intencionadamente mucho más "incompletas" de quienes, con buen, humano y generoso criterio, no aceptaron esos tratamientos, excelsas personas sobre quienes apenas hay datos (pues para nada le conviene al BAU que se sepan), si bien sabemos que, al final, murieron igual (salvo en los casos, no tan infrecuentes, de remisión o al menos parón espontáneo de su "mal"), pero, en general, más tarde, y con muchísimos menos padecimientos y angustias, propias y de sus familiares o allegados, aparte de la tranquilidad de la ausencia de la carga de conciencia que supone el montón de niños y niñas que en alguna parte del mundo fallecieron por no tener acceso a medicamentos básicos debido a que lo que les habría en justicia correspondido se gastó en ese estúpido e inhumano, criminal tratamiento para un rico o una rica, la cólera de Dios al respecto puede no tener límites X-D
Normal, joder: ¿cómo pueden pretender poder hacer sin consecuencias scanners o cosas así de nuestro cerebro, lo que implica meternos de golpe una radiación equivalente a la de medio o todo un año, y no esperar que ello provoque la muerte del sano extraterrestre que está alojado ahí, en nuestro cerebro?
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http://crashoil.blogspot.com.es/2012/05/radiactividad-y-radiacion.html |
La cadencia no puede ser más clara y evidente, las pruebas diagnósticos ya matan al mucho más sensible ET, y como consecuencia de su muerte (pues así están programados), inexorablemente pasan a expandirse sus restos y a provocar a su vez la muerte del organismo que los hospedó.
Así que a mandíbula bartiente me carcajeo yo de las burlas que, hoy en día, pueden provocar los recuerdos de las sanguijuelas y otras barbaridades históricas igualmente ligadas al devenir de la "medicina occidental". Sí, porque, vistas esas carnicerías y ensañamientos en los casos de cáncer, o para qué hablar (aunque enseguida lo haré) de esa otra monstruosidad que son los trasplantes, lo de los bichos chupasangre parece algo así como la máxima travesura que pudiera llevar a cabo un bebé que aún no caminara.
Los trasplantes, una historia que ha podido desarrollarse gracias al anumerismo y la falta de verdadera ética de la mayor parte de la población. Y es que no se trata ya de la interesada credulidad con que se aceptan las presuntas procedencias de los órganos, aunque desgraciadamente están documentados a centenares de miles, y sin documentar a millones, los casos de personas del mundo pobre directamente asesinados o asesinadas por sus órganos, o, desdramatizando, con sus vísceras robadas con el consentimiento de los familiares (y nos les culpo, si eran pobres) con el cadáver recién puesto, ahí, lo último que seguramente desearían haberle hecho, ellos y ellas son las menos culpables de tamañas atrocidades.
Pero es que la cosa de los trasplantes va más allá, porque, vamos a ver, cuestión aritmética elemental:
Problema - Si, al final, la vida de todas y cada una de nosotras o nosotros, en última instancia, dependerá de recibir el oportuno trasplante de esto y de lo otro, si los siete mil y pico millones de habitantes del Planeta aspiramos a ser receptores, ¿de dónde sacaremos los y las donantes?
Posibles respuestas- ¿Del Espacio Exterior? ¿Será eso, finalmente, lo que nos traerán los extraterrestres de crosscountry?
O, aprovechando que será bien visto, porque consumirá menos energía que el automóvil ¿volveremos a incentivar el indiscriminado uso de motocicletas por parte de la gente más joven, y si es "al natural y sin casco" mucho mejor, para así poder seguir teniendo la oportuna provisión de cadáveres en muy buen estado que puedan proveer unos pocos años más de miserable vida al viejo o vieja que gracias a esa muerte podrá así vivir su inane, inútil, despreciable viducha dilapidadora de recursos esenciales para los verdaderos seres humanos?
A día de hoy está más o menos falleciendo la que, probablemente, será la generación, en conjunto, más longeva de la historia conocida. Luego, nos tocará morirnos a nosotros, sus hijos e hijas, que probablemente (y aunque no en mi caso) todavía alcanzaremos, en muchos casos, los noventa o más años. Pero, ¿y qué pasará con las siguientes, la de nuestros hijos y la de nuestras nietas? Pues que, al menos las de los países desarrollados, vivirán menos y mucho menos, respectivamente, debido al envenenamiento cada vez más masivo que reciben desde su más tierna infancia en cuanto les acaece la más nimia enfermedad (y sabido es que nada como los niños, especialmente los bebés, para "fabricar averías", lógico y normal, tienen que ir activando sus múltiples sistemas de defensa), con lo que, lejos de "ayudar" a sus mecanismos naturales de defensa, lo que hacen es inhibirlos, infradesarrollarlos, maltratarlos, inutilizarlos, con lo que, cuando ya de adultos, hayan de enfrentarse a cosas entre menores y muy menores, a menudo les resulten hasta fatales.
Bien, fatales les resultan en todo caso, porque otra cosa que no está al alcance de la comprensión, ni siquiera de Dios, es ese enigma de que, mientras la Sanidad fue de pago, el varón adulto promedio (y la mujer, por lo de los partos, que si no, igual), entre su mayoría de edad y la cincuentena de años no visitaban en su pugnetera vida al médico, máximo una única vez, y no les pasaba absolutamente nada, mientras que de repente, al pasar a ser "gratuita", provoca que ese mismo adulto o adulta, en tal período de tiempo, visite docenas y más docenas de veces a médicos, especialistas y odontólogos, lo que tiene de todo, menos de sano y "normal".
Así que así está el BAU médico y químico-farmacéutico, encantado y súper amable de servirnos, con su seductora sonrisa, raciones y más raciones de muerte, a cambio, a veces, de cosas tan absolutamente innecesarias o prescindibles como puede ser el tener una boca "bonita", que hasta esta generación el mantener la boca abierta o simplemente los labios despegados era síntoma inequívoco de profunda y genuina estupidez de quien así se quedaba, mientras que, hoy en día, y con el pastón que nos ha costado disponer de tales súper blanqueadas maravillas, ¿qué menos que exhibirselas, sin motivo, a todo el mundo, cuando sabido es que en el lenguaje no oral mostrar los dientes siempre ha sido considerado (y nuestro inconsciente así lo sigue interpretando) como una muestra de agresividad?
Porque, aunque desde luego no venga mal, es absolutamente falso que para poder tener una vida sana y normal se haya de tener la dentadura en perfecto y completo estado. Lo lamento, pero mi propio "pozo" (como lo fue el de Cervantes) es una prueba viviente e incontrovertible de esa absoluta falsedad, ya que lo que cuenta, lo único que importa es mantener ese "pozo" lo suficientemente aseado (que si no sí que malamente cuanto peor esté la dentadura, de ahí la conveniencia de, llegados a cierto punto, quitarla, y santas pascuas), y para evitar la intensidad de los eventuales dolores, abstenerse, en la medida de lo posible, de comer carne, pues esas ingestas son el factor número dos, tras el propio cepillado, del deterioro grave de nuestro estigma dental, basta con ver qué poblaciones del mundo mantienen, sin seguir para nada nuestras pautas, unas bocas y unas dentaduras realmente sanas: las que están cuanto más lejos mejor de los y las odontólogas.
Para (no) acabar, está el cada vez más triste papel que se les reserva a las farmacias y a los y las farmacéuticos auténticos, vocacionales y genuinos en el modelo BAU actual, que pretende convertirlos en meros administrativos, inutilizando en la práctica una muy buena formación, aparte de lo que supone de gratuito y contraproducente menosprecio a lo que hasta ahora ha sido un complemento esencial, y una importantísima muleta, de este y cualquier modelo sanitario que se desee tener tanto en el marco de la racionalidad como en el de lo posible, pues siempre acudirá gente a las farmacias antes que al médico, muchos humanos (cada vez más afortunadamente para ellos) son así. La cosa podría merecer todo un post, pero será en otro momento.
Pues bueno, mira por dónde, gracias al decrecimiento podemos irnos olvidando de tamaña pesadilla que, en último extremo, y de haber habido los recursos suficientes, habrían acabado por convertir al mundo entero en un súper esterilizado hospital, y podemos centrarnos, por tanto (será comparativamente breve), en los pilares o elementos básicos de una buena salud, que junto con la deseable pervivencia de desinfectantes, analgésicos, antiinflamatorios y antibióticos (y por ese orden, sí), una modesta pequeña ortopedia (gafas, audífonos o trompetillas, bragueros anti-hernias, fajas y corsés), y una cirugía muy circunscrita a casos muy concretos (accidentes, apendicitis, extracciones dentarias...), deberían permitir a cualquier persona sometida a un desgaste físico no brutal, o en cuya vida no se cruce algún eventual percance fatal o casi, alcanzar con normalidad los setenta o más años de edad en aceptables condiciones.
Bien, y así será, a partir de la generación de mis tataranietos y tataranietecitas, si no se machacan en exceso, a lo largo de su vida, con tareas físicas, que para eso tampoco nació el ser humano, una cosa es trabajar algo más que nuestros primos los chimpancés, bonobos, gorilas u orangutanes (cada vez, debido a nuestro espectacular retroceso, bastante más racionales que no nosotros y nosotras, ¡mira que hay que ser idiota para llamar animales a esos pobres parientes!), y otra matarse literalmente trabajando, que eso tampoco es.
Pilar Número Uno: Una correcta alimentación:
lo que incluye, aparte de una buena variedad (aunque sin obsesionarse, con pan de cereal o de castaña o bellota, lácteos descremados, y zanahorias o un poquitín de hígado de vez en cuando, cualquier humano puede sobrevivir décadas y más décadas), la necesidad de ir abandonando esa insensata pauta de conducta consistente en ingerir grandes cantidades de alimentos pocas veces en el transcurso del día, como si fuéramos carnívoros, cuando en realidad somos omnívoros, y tanto nuestro sistema digestivo como el de alarmas por hambre está preparado, diseñado, son millones de años de evolución, para numerosas o numerosísimas ingestas al cabo de las venticuatro horas, aunque siempre de cantidades de comida entre pequeñas e insignificantes. De esta forma tan sencilla, no se nos dilataría indebidamente el estómago, con lo que, prácticamente, desaparecerían, como por ensalmo, los nuevos casos tanto de gula o bulimia como de obesidad.
Pilar Número Dos: una buena Higiene
lo que a su vez incluye el, salvo en lo relativo a las partes pudendas o expuestas al medio ambiente, olvidarse de esa derrochadora, estúpida y súper perjudicial costumbre BAU de ducharse o bañarse cada día, no digamos ya si se hace en más de una ocasión por jornada: las manos, vale, normal, pero, ¿el resto? ¿para qué?, ¿para perjudicar sin necesidad nuestro mayor órgano y la principal barrera contra los "males del mundo"?
No, lo lamento, pero sabido es que a los mendigos no se les puede, no se les debe lavar si no van a poder proseguir con una cierta pauta de higiene, ya que su propia costra, su "roña", pasa a ser parte de sus factores inmunológicos y de autodefensa, eso sí, mientras no se hieran, mientras no se hagan heridas de cierta importancia, que entonces la habremos liado.
Por lo tanto, y salvo para axilas, genitales, cara, manos y pies, para el resto la pauta idónea de duchas (varía entre las personas, claro) parece estar entre las sesenta y las ciento veinte horas, de dos días y medio a cinco días, si bien el relato directo de nuestros abuelos hablaba de, como mucho, un baño semanal, y desde luego que será más sostenible en todo caso esa pauta sí que quizá en exceso relajada que no la contraria de la ducha diaria.
Así que ni siquiera nos hará falta lavarnos en ningún caldero, porque lo que haremos será seguirnos duchando, pero simplemente cada más tiempo, y el resto, con el lavabo o el bidet de toda la vida.
Pilar Número tres: un correcto nivel de ejercicio físico.
Bien, es que, este apartado, me parece que no requiere aclaración alguna, y como, por otra parte, a todo dios le va a tocar caminar entre más y mucho más que en la actualidad, en este apartado la victoria de una correcta vida saludable la tenemos del todo asegurada, así que únicamente os tocará elegir que preferís: ¿patín, bicicleta, "coche de san fernando" (unos ratos a pie y otros andando)?
saludos cordiales.
ET desalmado & forrest gump.
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ajilbab.com |
buen post... Tenías razón, estos posts, al menos lo que expliquen la racionalidad, la Revolución Integral, etc... deberían juntarse en un libro, encuadernado y todo. En Verano tendré tiempo para ponernos a editar el libro :)
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EliminaGracias, a mí también me ha gustado, je, je :-D
Vale, nos pondremos en lo del libro o lo que sea cuando toque y a ti te venga bien, ya sabes que yo no estaré, en cierto sentido, muy lejos.
;-)
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ResponEliminaEste post sobre la Sanidad ha sido, de todos los que ya llevo publicados en mis diferentes blogs (más de ochenta desde agosto pasado), el que más esfuerzo, trabajos y sufrimientos, psíquicos y físicos, me ha costado llevar adelante.
Con tal de no hablar por hablar, y a fin de demostrar que por más límite que fueran las circunstancias, en ningún momento me iba a poner en manos del BAU, he tenido que pasar una dura prueba de "verificación", utilizándome a mí mismo como conejillo de indias, sobre la estricta veracidad de lo que he dicho en el post, especialmente en el apartado "bucal".
Pero la cosa se complicó mucho más allá de lo esperable, padeciendo al final en el proceso mucho más riesgo y dolor más allá de lo estrictamente preciso e inevitable, como habría sucedido si hubiera contado con el tan esperable como razonable concurso de mis más próximos familiares en estas tierras (y que se dicen "alternativos, pese a esos quinientos kms arriba y abajo por capricho o cabezonería cada día recorridos en conjunto por los dos), apoyo que, como es sabido, y debido a que son malvados como diablos y por ello se piensan que todo el mundo es igual (forma de ser muy habitual en las ciudades en las que los y las tituladas "se creen algo"), ni por asomo se produjo.
Son unos desalmados. Para todo el mundo salvo para su ridículo e insignificante núcleo mierdoso-familiar-proto-catalan-fascista, pues eso es lo que me han demostrado, y no otra cosa, que digan en qué falto a la verdad. Y es un hecho (¡¡ el feedjit no engaña !!) que bien que conocían todo el sufrimiento que se estaba produciendo al otro lado del "hilo", aunque supongo que su excusa final, aparte de las que ya presenta habitualmente Homer Simpson en situaciones similares (yo no sabía nada, cuando llegué ya estaba así, ...) será la de que abrigaban la secreta esperanza de que finalmente me rindiera y acudiera a la medicina BAU-oficial.
Miserables. Sabían que no podría haber más apoyo que el que prestara esa indigna ANTI-DISCÍPULA DEL GRAN ESCULAPIO, UNA INCOMPETENTE Y M..... DE MÉDICO 100% BAU, como tantos y tantos que, de boquilla, dicen discrepar del modelo oficial, Y NADA MÁS, MISERABLE, MISERABLES, encima pretender cargar con todo el peso de su prepotente ley fascista y amañada contra un pobre viejo que jamás le ha hecho daño alguno a nadie, y que, sin ser tampoco ningún gran personaje ni "celebridad", aún goza de algún respeto o reconocimiento en el mundo llamémoslo "alternativo al BAU" de mi ciudad.
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Muy buen post, enhorabuena. Aunque la parte de "alimentación" habría que haberla ampliado un poco más y no decir solamente que hay que comer más veces menos cantidad. Pero bueno, en general me ha gustado mucho el post.
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EliminaBien, es muy posible que, en realidad, lo correcto sea hacer un post sobre el específico apartado de la alimentación, ya veremos, el tema dar de sí, daría, y enlaza directamente con lo expuesto en el post sobre los bosques comestibles.
¡Gracias por tu amable y apreciativa opinión :-)!
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