Altair, mi estrella rectora, y auténtica y verdadera joya de este blog (no en vano su post sobre bosques comestibles sigue siendo el "number one" de los posts más visitados aquí, por encima incluso de los "pesos pesados" Antonio AMT o "el (no le pongamos adjetivos, que bastante adjetivo de por sí es serlo) BAUbogado".
Altair, sí señor, alguien que merecería publicar directamente en el blog CrashOil, y dejar de perder su tiempo haciéndolo aquí ;-) Os dejo con su relato de cómo ve él el posible futuro que le aguarda a las generaciones actualmente aún no ancianas.
¿Y después del colapso del Estado, qué?
Aviso: Este es un post sobre uno de los escenarios posibles, NO ES UNA PREDICCIÓN. Además, pueden aparecer pequeñas imprecisiones, fruto de su punto de vista más literario que rigurosamente científico. Los lugares mencionados son reales.
(Benabarre, uno de los lugares centrales del relato) |
Año 2020. España está sumida en una profunda crisis económica provocada por la alta dependencia del petróleo y su carísimo precio. El Estado, para “racionalizar” recursos, está dejando algunas zonas poco pobladas abandonadas a su suerte, como por ejemplo, la Ribagorza, Huesca. Y ahí está nuestro protagonista, David.
David, un joven de 21 años, desde hace un lustro se enteró de la problemática de escasez de recursos y el posible colapso de la sociedad industrial, por lo que dirigió su vida entorno a ello. Estudió FP Superior Agrícola, con tasas de un precio similar al de la universidad pública hoy en día. Después se dedicó a estudiar Permacultura y a planificar su futura vida rural. Mientras, cuando residía en Barcelona, estuvo ayudando a múltiples organizaciones para evitar el colapso.
Bien, resituémonos. David fue a un pueblo llamado Benabarre, capital cultural de la comarca junto con Barbastre, que lo es de forma oficial. Benabarre es un pueblo construido sobre una montaña, en cuya cima hay un castillo medieval. El pueblo, enfrente, tiene un plano de varios cientos de hectáreas, y después, una cordillera de colinas boscosas que casi lo envuelve en una circunferencia de 360º excepto por dos salidas, una hacia Lleida y otra hacia dos pueblos cercanos, el ya nombrado Barbastre, y Graus. Bajo el pueblo, hay un pequeño acuífero, prueba de ello son los pozos que hay repartidos por el municipio. Es decir, Benabarre tenía todo lo necesario para la supervivencia humana.
David llegó hace pocos meses, cuando la comisaria instalada en 2011 fue abandonada. Los problemas, al ser un pueblo de más o menos mil habitantes, tardaron en llegar. Pero cuando lo hicieron, fue demoledor. Un día cualquiera de primavera, un grupo de moteros armados se acercó al pueblo. Entonces, atracaron a las casas más ricas y se fueron con el botín, dejando al pueblo arruinado. David, sabiendo esto, reunió a todo aquel que conocía del pueblo en la plaza mayor, y formó una asamblea. Después de varios días de discusiones, salió una constitución municipal y un cuerpo de policía formado por vecinos voluntarios. Los policías vigilaban el alrededor desde el castillo, y en caso de posible atraco, avisaban con cinco campanadas a la población.
David sabía que ahora estarían protegidos, pero debía advertir a todo el pueblo de que dejaran de comprar semillas a Monsanto, que milagrosamente llegaban en camiones que pasaban muy de vez en cuando, y empezaran a tener las suyas propias. Hicieron asamblea y decidieron que un segmento de los agricultores continuarían con esas semillas, y otro segmento, por precaución, las guardaría propias. Resultó que el pueblo entero entendió que las semillas modificadas geneticamente no servían de nada a la siguiente generación porque vivieron una intensa hambruna, que hubiera sido mortal si no fuera porque muchos frutos del bosque estaban maduros en la época de la cosecha, como las brevas.
El pueblo, por la caída del consumo de petróleo y los reiterados errores de gestión, empezó a empobrecerse aún más rápido. Era poca gente la que habitaba el lugar, pero ya se veía a más de un vagabundo por calle.
La Asamblea, de nuevo reunida, decidió que una parte de las tierras debían ser comunales para dar trabajo y servir como ascensor social a los menos afortunados. Y gracias a esas medidas y a que aprendieron a potabilizar su propia agua, el pueblo pudo sobrevivir con las pequeñas cargas de artículos que venían desde la ciudad.
Año 2025. El pueblo vuelve a estar entre la espada y la pared. Los antibióticos ya no llegan. Las enfermedades se extienden y ya no reciben ni pesticidas ni fertilizantes. Además, necesitan crear industria y obtener metales, ya que ahora las ciudades ya no exportan nada de lo que compran en el exterior o lo que producen ellas mismas. El suministro eléctrico es irregular y las agua ya no se tratan, aumentando la mortalidad.
David, con el título en diseño de permacultura, fue llamado por La Asamblea a diseñar un modo de convertir las aguas grises en fertilizante, matando dos pájaros de un tiro. Él se puso a ello, y entre todo el pueblo crearon canales de riego a los campos que fertilizaban lo suficiente con el riego como para que la fertilidad, que en ese momento era pobre, se estabilizara. Además, empezaron todos a no solo filtrar el agua, sino a hervirla, evitando que la materia orgánica contaminase el agua que bebían. También, para solucionar el problema del alumbrado público, pusieron antorchas en todas las calles y a varios vecinos a reproveerlas de combustible cuando fuera necesario.
El médico del pueblo, por su parte, sabía que el extracto de semilla de pomelo era un buen antibiótico, y empezó a cultivarlos, resguardados del frío. También, cuando en cinco años los árboles empezaran a dar frutos, para que la resistencia a los antibióticos no fuera muy grande, creó un sistema sanitario en el cual cualquier substancia susceptible de crear resistencias fuera administrada por el médico, y en caso e que el paciente no acudiera a consulta, este tuviera que pagar una multa.
Por último, La Asamblea se vio obligada a empezar a subvencionar a los vecinos que trabajaban para la cosa pública, por el aumento del tiempo que ya no podían dedicar a su propio trabajo. Así, de este modo, el pueblo empezó a tener funcionarios.
Pero aún faltaba un elemento básico, la industria.
Por otra parte, en las ciudades, la delincuencia aumentaba, al menos en España, y había una emigración masiva hacia el campo. Muchos volvían a los pueblos de sus padres, sobrepoblando zonas como Galicia o Andalucía. El resto de la Europa más "avanzada" se había constituido en una Bizancio, y aún conservaba el estatus de “sociedad industrial”.
Año 2030. El Estado español era un recuerdo del pasado, y en zonas de poca pluviosidad (agravada por el cambio climático) y gran población como Andalucía, Murcia o Alicante, la población moría de deshidratación e inanición. También sucedía lo mismo en las grandes metrópolis con la población que aún quedaba, como Valencia, Barcelona o Madrid.
Olas de inmigrantes de Algeria, Marruecos y Túnez llegaban a las costas andaluzas y portuguesas superpoblando aún más esos territorios. El conflicto estaba servido.
Al norte, en Asturias, Castilla León, Cantabria, o el País Vasco, donde por la mayor pluviosidad se puede mantener a una mayor población, estaban surgiendo también Reinos Feudales.
El resto de Europa era un polvorín. Lo que España pasó hace 10 años, empezaba a suceder en Francia, y aún peor, en países tan superpoblados como Reino Unido, Holanda o Alemania. Muchos emigraron y emigrarían a Rusia, lugar donde aún se mantenían las condiciones de vida industriales por su gran extensión y sus reservas de gas y petróleo, que ya eran la mitad o menos que en 2012.
Pero aún con este panorama, en Benabarre estaba sucediendo algo. En una confederación que lograron dos años atrás con Graus, Barbastre, Monzón, Bielsa y Benasque, consiguieron, con asambleas y democracia como bandera, construir una pequeña industria alrededor del río Noguera Pallaresa y el río Cinca. Pequeñas factorías de madera que fabricaban textiles de cáñamo y algodón se extendieron, poco a poco, por el territorio. Y con algo de ingeniería y paciencia, en Benabarre, como no había ríos, lograron construir molinos para moler harina y molinos para aprovechar la fuerza del viento y mover herramientas de una carpintería. Era un experimento, pero parecía funcionar.
También consiguieron metales del Pallars, comarca catalana bastante cercana, y crearon en cada pueblo una pequeña industria siderúrgica.
Algo importante es que además de todos esos logros, en Benabarre se empezaron a producir pomelos y la población empezó a tener mayor esperanza de vida.
David estaba contento, ya con 31 años, de esos logros, pero le preocupaba que la gente de la que ahora se llamaba República Pirenaica no tuviera en cuenta los recursos. Costó muchos días y muchas asambleas perdidas, pero consiguió que a ese crecimiento se le pusieran límites, al igual que a la desigualdad. También consiguió que un 15% de las empresas de cualquier sector fuesen del Estado, procurando trabajo a todos.
David, por otra parte, llevaba años desarrollando pequeños bosques comestibles, que ahora estaban a pleno rendimiento. Muchos agricultores, viendo que se trabajaban solo 10 días al año por media hectárea y se obtenía un 50% más de cosecha que con un campo de cereal, no dudaron en convertir pequeñas extensiones en bosque.
Año 2040. La constitución fue mejorada, y se incluyeron todos los derechos de la Histórica Declaración de Derechos Humanos (DDHH). Se crearon escuelas de Educación Libre, y se tomaron muchos de los valores de la Revolución Integral para constituir la nueva sociedad. También, la República cambió de nombre y se puso como nombre República de Terranova, en alusión a que todo volviera a comenzar. Esta se había expandido mediante confederaciones hasta, por el este, Mollerussa, por el oeste Zaragoza, por el Norte, Vielha, y por el sur, Mequinenza. También crearon un pequeño ejército y por su prudencial cercanía al río, nombraron a Barbastre capital.
La única, y no por ello menos importante, tragedia que hubo en esos años fue la inundación de Monzón por la rotura de la presa de Barasona, dejando a esa zona inhabitable hasta que se rehabilitaran las infraestructuras, pero con una fertilidad, por los lodos, enorme.
Por otra parte, Europa estaba dividida en pequeños Estados o proto-Estados similares a la República de Terranova, muchos de ellos democráticos. En el mundo árabe, la tragedia fue enorme, por la superpoblación. Y como había un “tapón” en Andalucía de mucha población en una situación algo mejor, pero no mucho, no pudieron emigrar.
Estados Unidos estaba sumido en la barbarie y en el MadMax, porque allí, por su suave ley con las armas, todos tenían algún rifle.
Excepto las pocas que en su momento fueron cerradas y desmanteladas, por lo demás, las centrales nucleares del mundo hacía años que habían ido sufriendo, unas tras otras, arrasadores accidentes de calamitosas consecuencias, creando una gran radiación alrededor y matando a la mayoría de peces cercanos a la costa por los vertidos en los ríos.
La buena noticia es que por la bajada de las emisiones, el cambio climático se había estabilizado y la vida comenzaba de nuevo.
.
=*==***===*****=====*****===***==*=.
Saludos cordiales conjuntos.
Altair & ET & forrest gump & ...?? & ??... ¿quién más se anima a escribir aquí, ¿ein?
:-)
..
.