Queridos lectores y lectoras:
En el siguiente post de este mismo blog ---[ apostillando ciertos datos directamente a mi alcance por haber sido parte implicada en otro asuntillo de la misma índole que la primera noticia del diario EL PAÍS que, al efecto, reporté y reproduje ]--- di un repaso a la catadura moral de determinado individuo que, "casualmente", es también quien está moviendo los hilos de esta trama o confabulación desencadenada en el mundo REAL contra mi persona y contra mis modestas aportaciones en mis blogs.
Muy bien, perfecto. Se trata, a todas luces, de un individuo corrupto hasta la médula, el clásico ejemplo de político desvergonzado, prepotente y siniestro, de los que están hundiendo a este país, y que no se detienen ante nada con tal de sacar adelante sus espúreas y mezquinas ambiciones personales. Sin embargo, hay algo que no termina de cuadrar en todo esto: intentemos verlo en detalle.
Así que, vamos a ver. ¿A cuenta de qué un político ---[ de gran relieve local en una provincia de cierta relevancia y peso, llena su trayectoria política de escándalos hasta el punto de que taparlos ocupaba una buena parte de sus energías ]---, alcanzada ya la senilidad, y llegándole la absurda e infantiloide queja de un hijo de cuarenta y dos años que le llora que su tiíto le ha dicho no sé qué por correo, y que si "por favor, papaíto, ¿no te importaría desencadenar toda una orquestación de esas tuyas que acabe con él dando con sus huesos en la cárcel, el psiquiátrico o el cementerio?", a cuanta de qué, reitero, va a complicarse a esas alturas su vida de esa forma por tamaña irrelevancia, meras palabras por escrito?
Sí, por favor, pensadlo, lectores o lectoras, y dedicad un tiempo a esta reflexión: ¿no es absurdo, llegado a esa situación, que ese veterano político o ex-político, de setenta y un años ---[ siendo ambos bandos implicados, uno un hermano, el otro un hijo ]---, en vez de optar, como primera medida, por intentar la conciliación, sin embargo, ya de buenas a primeras, se lanzara con tan manifiesta hostilidad contra una de las partes? ¿Qué pudo llevarle a reaccionar como lo hizo? ¿Ustedes lo entenderían? ¿Cuestión de mera demencia senil, que no parece ser aún el caso?
Además, tras muchos años de, efectivamente, no haber mantenido relación, ya hacía casi una década que, al menos por los cumpleaños y tal, mi hermano y yo intercambiábamos correos de felicitación, que normalmente se alargaban, aunque no excesivamente, con alguna diatriba o cuestión de cierto calado o interés, diatribas en las que, con normalidad y confianza, cada parte exponía sus puntos de vista y sus por qués: Por lo tanto, las relaciones las podríamos definir como lejanas o muy lejanas, pero nunca como hostiles, e idénticas, por otra parte, a las que (no) mantengo con el resto de mi familia no leonesa, otros seis hermanos y otros diez sobrinos, dos de ellos venezolanos.
Entonces, con ese escenario, ¿por qué reaccionó mi hermano tan virulentamente así, de buenas a primeras, y desencadenando en efecto, con la utilización de numerosos peones o figuras secundarias, toda esta persecución contra mí, en vez de intentar calmar al subnormal de su hijo? ¿Cómo es que ni siquiera me concedió la oportunidad de explicar mi versión de los hechos, lo insólito que encontraba que la reacción de Antonio María hubiera sido la de meter procesos, juicios y abogados por en medio, "pleitos tengas aun los ganes", según la conocida (y totalmente exacta) aseveración de la etnia que habitualmente denominamos como "gitana"?
¿Por qué? ¿POR QUÉ? ---¿POR QUÉ?---
¿Un político jugándosela al final de su vida por una auténtica pijada de un email entre dos personas y nadie más hasta que el asno lo puso en manos de la abogada de la familia? ¿Después de, con mil quebraderos de cabeza, haber logrado una cierta estabilidad en su tan miserable como deplorable vida, va y le da por cargar por las buenas y porque sí contra un hermano que ni le va ni le viene ni le da la tabarra?, ¿podría reportarle esa actitud, esas acciones, algo bueno, beneficioso y positivo? ¿Verdad que no?
Entonces, aquí hay dos únicas soluciones que puedan dar la clave de este entuerto: o bien yo, o bien mi sobrino, probablemente sepamos algo sobre Agustín Turiel Sandín que pudiera perjudicarle extremamente, como nada lo habría hecho hasta ahora, a pesar de todo, en su repugnante y apestosa vida.
Sin embargo, yo sé que no sé (o pensaba no saberlo) nada, ni de tal relevancia, ni nada por el estilo, que le pudiera poner nervioso: además, si esa persona que sabe algo hubiera sido yo, lo lógico, por parte del político, habría sido o apaciguar, o situarse de mi parte, ¿no?, dado que no posicionarse de esa manera sería lo que quizá podría haberle traído problemas.
Luego, por lógica, no queda otra posible conclusión salvo la de que es ANTONIO MARÍA TURIEL MARTÍNEZ, alias "PITAGORÍN MENGELE", QUIEN TIENE PILLADO POR LOS HUEVOS A SU PUÑETERO PADRE CON ALGUNA COSA que, de conocerse, sería la ruina total para su progenitor.
¿Qué puede ser ello?
Bien. Mi hermano y yo, por lógica, al unirnos tal parentesco, tenemos, más o menos, un cincuenta por ciento de ADN en común, y como quien dice, casi un cien por cien de idéntico y mismo entorno familiar y socio cultural en el que se desarrollaron nuestras infancias, matizado, únicamente, por la diferencia de edades, doce años.
Y yo, en momento alguno lo he ocultado, "chispas" de atracción erótica hacia los niños sentirlas las siento... (y aquí es donde los cerebros babosos se caen del renglón, incapaces de seguir leyendo más)
Sí, porque, ¿para qué seguir leyendo? No nos engañemos: en su supina represión y mezquindaz, esos cerebros babosos rápidamente identifican "tendencias" con "intenciones", y éstas, con "acciones", al tiempo que, como brutales reprimidos sexuales que son, también identifican "erotismo" con "erotismo adulto", "erotismo adulto" con "sexualidad adulta", "sexualidad adulta" con "genitalidad adulta", y finalmente, "genitalidad adulta" con "coito", con lo que, en su reduccionismo idiota (dicho sea strictu sensu, pero es que no cabe otro calificativo), allí donde tan sólo se está hablando de abrazos o transportes cariñosos, desde esa concepción tan mezquina y represora del erotismo se interpreta como "follarse a niños".
Así es, pues esos babosos cerebros se caen del renglón y de la historia porque quieren y les apetece, porque (enviando a hacer puñetas los esfuerzos de Freud, Jung, Reich, Lang y toda una serie de gente que nos han ayudado a poder conocernos mejor también en el terreno erótico sexual), hasta hacen gala y reivindican el orgullo de su necio desconocimiento de lo que no son sino sus propios mecanismos de funcionamiento, si es que, a la vez, son seres humanos y racionales.
Sin embargo, de nada de eso se ha hablado ni siquiera sugerido, pues es patente que por todas partes he defendido, y sigo defendiendo, que los adultos debemos de abstenernos de "explorar" ese campo o tramar o llevar a cabo acciones con niños enfocadas sobre ese "tema", porque una cosa es un muy breve error en la vida, detenido a tiempo, sin consecuencias, y por esa única vez, que seguir adelante, en más y más ocasiones, con ese tipo de acciones.
Pero tal tipo de matices o, sutilezas o reflexiones sobre lo que nos viene marcado de serie por nuestro ADN no caben, claro, ni por casualidad, en ese tipo de podridas mentes, no entienden un pajote, pero sólo por esa mezquindad... o porque saben que ellos y ellas también sienten esas chispas eróticas hacia niños, pero antes morir que reconocerlo, "desconócete a ti mismo" parece ser el eslogan de este moderno tipo de vida "occidental".
Ya he relatado mi único desliz en la vida, desliz con Antonio Turiel, cierto, y con ningún otro niño más, y desliz bajo mi mucho más estricto listón sobre lo que es correcto o no, y no bajo el general de esta sociedad, que tan sólo habría visto en lo que "hice" muestras de afecto un tanto desmadradas o un pelín pasadas tal vez de rosca, y nada más. En cambio, mi mente, ávida de conocerse también a sí misma, rápidamente identificó la realidad sin negársela ni espantarse por ella, y obré con sensatez y AMOR al no proseguir ni un pelín más aquel juego que al niño, en sí, ni le disgustaba ni le emocionaba.
Ahora bien, en ese desliz mío con el niño, siempre hubo, por su parte, algo indefinido flotando en el ambiente, algo a lo que hasta ahora yo no le había dado mayor trascendencia, y era un algo así como si toda aquella secuencia de hechos, de yo avanzar sobre él y tal, lejos de resultarle del todo desconocida, más bien le resultase como familiar o un tanto" dejà vu". Es decir, que para nada parecía serle desconocida, contra lo que yo, interiormente, daba por hecho, que él nunca se habría visto AÚN en una situación así.
Y bajo esa nueva perspectiva, su, en apariencia, respuesta increiblemente madura (a mi pregunta sobre si le gustaba aquello), ese "no especialmente, pero si a ti te gusta" ---[ idéntica respuesta a la que me dió una mujer de veinticinco o más años cuando, iniciando yo sobre ella (con quien ya había tenido decenas de mutuamente consentidas raciones de "cama, cama") ciertas maniobras elementales le pregunté también lo mismo, "¿te gusta"? ]--- pasa a ser, quizá, más fácilmente comprensible. Quizá fuera eso lo que sucedía, ¿no?, "nada nuevo bajo el Sol".
Drama para el niño, vaya: o sea, ¿que el quizá algún día su presunto salvador, se apuntaba al mismo juego? Bueno, pues puesto que ya lo conocía, y sabía el camino que le tocaría seguir, desde la pura y estricta racionalidad y mejor superviviencia, ¿a qué oponer resistencia, si de nada le valdría?
En fin, lástima que, por ser aún tan niño, a la hora de identificar y valorar los diversos escenarios que nos puede plantear la vida, omitiese el detalle de que aquel nuevo "emprendedor" de tan conocido camino, a diferencia de sus posibles predecesores, en esta ocasión, al ver su no directo y positivo interés, en vez de proseguir ante su no expresa negativa, cesó en su acción. Pequeño matiz, pobre niño (ahora horrible monstruo), eso fue lo que pasó, que no captó lo que implicaba esa imprevista retirada por parte de ese nuevo "actor".
Por eso, pese a que lo despertaban para que orinara cada noche a horas intempestivas para alguien de su edad (¿la una de la madrugada?), casi todas las mañanas, pese a ello... amanecía mojado, orinado, de fijo, claro, pero, ¿sólo orinado...?
Yo me llamo Eladio Turiel Sandín, y no he ocultado mis tendencias. Pero nadie es responsable de sus tendencias, mientras se queden en eso, y no pasen a hechos. Por lo tanto, ha sido en exclusiva mi forma de ser, deseosa de empatizar con los demás, de quererles ante todo, incluso por encima de mi posible "interés", la que, dadas esas confesadas tendencias, me han librado de ser un espantoso criminal abusador de menores, ni de nada, que siempre he estado ahí, ofreciendo mi esfuerzo desinteresado, y recibiendo, a cambio, coces y desconfianzas, por albergarse maldades presuntas contra mí que solamente han existido en esas enfermizas mentes.
Mi hermano Agustín Turiel Sandín es un político corrupto que, como ha quedado dicho, comparte conmigo un cincuenta por ciento de ADN, casi un cien por cien de entorno social de infancia, y un cero por ciento en cuanto a similitudes en lo que hace referencia a bondad y estima de quienes, próximos o lejanos, le son semejantes, pues ahí está la historia reivindicativa de mi vida, siempre visible, aunque no fuera el más activo, en las verdaderas trincheras, mientras mi hermano, ustedes mismos y mismas podéis ver lo que ha dado de sí en esos terrenos, pura constante satisfacción de sus intereses y afanes personales.
Y Antonio María Turiel Martínez, con seis años y meses, y con un desarrollo físico y mental al menos dos años superior al de su cronológica edad, se levantaba de la cama casi todos los días... ¿habiéndose meado en ella?
¿Fue él, fue ella, es tan solo enfermiza imaginación?
¿Es esta, otra similar, otra muy diferente, pero de fijo del mismo calado o calibre (¿algún posible asesinato?) la historia o el cúmulo de historias con las que el demente Antonio María Turiel Martínez ---[ venga a abrir y cerrar la zona de comentarios del blog coral "The Oil Crash" por la terrible amenaza de la aparición de un mero número, aunque, eso sí, muy, muy, muy grande :-D , no te digo nada el día en que, en vez de detallarlo con letras, a alguien le dé por dárnoslo con todas sus posibles cifras]--- tiene pillado por los huevos a su padre, para que éste, fielmente, y accediendo a la locura de su hijo, haya articulado la persecución que ha desatado contra mí, moviendo las palancas precisas, con tal de joderle la vida a todos quienes me son más próximos, y ---[ vía la peor de las difamaciones posibles, la destrucción de pruebas, y la creación de otras falsas(*) ]--- hundir mi propia reputación en cualquier ambiente con su mantenida conjunta acusación sobre el delito a día de hoy socialmente considerado como el más grave e imperdonable de todos?
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¿Por qué me difamaron y me persiguen de esa manera? ¿Son nigromantes o mueven tramas oscuras, y por ello les molesta tanto mi visión blanca sobre la Magia? ¿Por qué tantas desgracias o problemas nada "normales" para quienes aprecio?
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¿Comprendes, estimada lectora o lector, que no me queda otra que decir lo que he dicho en este post :-| ? Ellos, de fijo, ya me difamaron, continúan su acoso, por su causa fui detenido y expulsado de Benavarri, manejan a su antojo mi correo y mi ordenador... Y nada, pero NADA, NADA, NADA me hace suponer que, si no me adelanto, no sean ellos quienes terminen acusándome de algo enormemente más grave, y seguro que reiterado, que no esa pequeña pasada de rosca con el sobrino por una única vez, siendo ya cincuenta y nueve años los años que acumulo de recto comportamiento en todos los campos... excepto en lo de que sigo siendo, a menudo, como un pelín arisco en el trato, digámoslo así :-D
Estoy perdido, y es obvio que no pararán hasta internarme o incluso matarme. Por lo tanto: ¿qué puedo perder? ¿debo ir siempre al compás de los ritmos, tempos e itinerarios que me vayan marcando esos abominables seres?; o más bien, sin perderlos de vista, ¿no es preferible pasar ya un tanto al contraataque, a la contraofensiva?
Hay una hermana mayor, o dos, de Antonio Turiel Martínez, que, por ese ser algo mayores, pueden dar fe sobre lo que estoy diciendo, que ni de Antonio ni de nadie, que yo no he abusado nunca de niños, y en cambio sí que les he brindado mi cariño incondicional, el único de tal tipo que quizá recibieron en muchos años. Y no recurro al mayor de ellos, que también sabrá que estoy diciendo la verdad, porque, de toda aquella casa, fue al único que, por no saber gestionar yo mejor mis sentimientos, traté con un cierto, aunque moderado, nivel de severidad o desapego, rayano a veces en la injusticia, pero sólo rayano, y sin nunca pegarle, ni a él, ni a ninguno, pese a las constantes presiones en ese sentido que recibía por parte de su inútil padre, mi hermano, and wife.
En todo caso, algo al respecto tiene que tener grabado a fuego en su cerebro ese enfermo mental llamado Antonio Turiel Martínez para que, habiendo sido yo mismo quien, allá quizá por febrero de 2012, como muy tarde, le comentara, como cualquier otra cosa, ese hecho de ese "incidente" de su infancia, y sin más referencias en sí al tema que lo hablado entonces, salirme él, tras haber afirmado que no le concedía la menor importancia ni trascendencia al tema, salirme, insisto, siete o más meses más tarde, con mis presuntos hipotéticos planes o constructos sobre no sé qué desquiciados o malévolos planes con su hija, cuando yo me refería a algo que ya le había narrado como texto hacía más de un año...
...no quiero ni pensar, claro, pues eso si que sería presunción imperdonable por mi parte, que lo que pretendan sea apoderarse de ese texto y sus inherentes derechos, siendo como es una de mis principales fuentes para mi blog de la Magia. En todo caso, si me leen, y me tienen y se tienen a sí mismos y mismas en alguna estima, háganme un favor, y saquen copias de todos y cada uno de los posts de ese blog en concreto, en PDF O EN LO QUE SEA, o lo que sea; reenvíenselos como correos a gente afín, para que quede en su bandeja de enviados, porque ya les aseguro que, si no, conseguirán que sea cerrado y destruido ese blog, o todos, y destruido también yo, para, así, poder quedarse ellos con la presunta autoría de ese texto que está removiendo conciencias y hasta montañas, si me apuran, especialmente contra la opresión sexual.
En último extremo, si algo queda claro, dados los límites hasta los que están llevando su venganza, es que el verdadero enfermo mental es mi sobrino; su padre, su rehén, pues absolutamente nada tiene a ganar; y yo, tan sólo, el improvisado chamán que, voluntaria o involuntariamente, en el fondo está intentando reconducir a ese sobrino hacia la cordura.
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(*) Como lo prueba el hecho de que más comentaristas de The Oil Crash ratifican esa misteriosa desaparición, allí, de los comentarios del nickname "Sinjorox", Correspondencia Borrada por Mano Ajena, habiendo quien también recuerda ese post de los bosques comestibles previamente visto en alguna otra parte, o a cierto Manuel Amigo...
bueno, pues saludos cordiales :-D
ET desalmado & forrest gump.
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